Un niño y una niña, se quedan sin postre tras haber hecho una travesura e incumplir una de las normas que tienen en casa de los abuelos. Tras un berrinche, que supera todos los límites, reciben de su abuelo una bandeja mágica.  El abuelo les dice que sólo cuando aprendan a respetar las normas y a no sobrepasar los límites, aparecerá un pastel delicioso en la bandeja. 

La niña y el niño, enfadados, se van a su habitación y observan el precioso dibujo de la bandeja. Un bosque que al mover la bandeja parece que cobra vida. El baile hipnotizante del dibujo de la bandeja les hace caer en una profunda siesta. 

Un extraño ruido metálico los despierta de su siesta. Sorprendidos, se dan cuenta que están en el bosque de la bandeja y deciden explorarlo y adentrarse en él. El llanto de un ser misterioso detiene su andadura. Es el Duende Dende que, entre sollozos, les cuenta que se ha caído de su libélula y como no puede caminar, no podrá recoger los ingredientes que le faltan para preparar el postre de la gran cena del bosque y nadie podrá probar su delicioso Pastel Dende. 

Los niños, compadecidos por el altercado del duende y deseando probar ese delicioso pastel, se ofrecen para ir a buscar los ingredientes que le faltan y ayudarlo.

Para ello tendrán que cumplir las normas del bosque e ir al Prado Azul a por la leche de la Vaca Aca, convencer a la Giganteja Abeja Veja para que les de un poco de miel y encontrar el cacao que guarda el Señor Cao.

¿Serán capaces de acatar las normas del bosque, sin sobrepasar los límites, y conseguir los ingredientes para el delicioso pastel del Duende Dende?